Poco hemos hablado del verano. No es la mejor época para nuestra atalaya, más que por el calor por la aparición de más personas a nuestro alrededor. Pero cada época tiene sus circunstancias.
Las noches estrelladas son magníficas, el agua del mar refrescante, pero las ideas... No parece poder pensarse algo nuevo y original a lo ya pensado sobre la vida consciente. Nos sentimos atrapados dentro de lo que parecen ser límites de nuestra razón.
Pero todo desconocimiento aparece inicialmente como límite de nuestra razón, y solo el tesón y el ahínco nos hace crear métodos para superar ese desconocimiento. Por eso podemos pensar que lo que hoy parece límite tal vez mañana esté superado. La flexibilidad mental (capacidad para aceptar nuevos sucesos) es indispensable para el avance de la razón.
Y aquí seguimos, con calor pero con una aliviante brisa marina, pensando en todo ello desde nuestra atalaya...
Por Cástor y Pólux.
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