LA ACTIVIDAD FRENÉTICA DE LA MENTE.

Buen fin de semana. Y gracias por acordaros de Obtentalia.

La fotografía de hoy es de uno de nuestros colaboradores fotográficos, José Manuel Peña, quien ya nos ha deleitado con más de una fotografía espectacular. Si os gusta de la hoy no os perdáis la de mañana, que además refleja más puramente, si cabe, la esencia de Obtentalia.

"¿Por aquí?, como siempre", lo que además de tópico es verdad. Pasa el tiempo, a su ritmo contenido pero inexorable, impertérrito e inevitablemente continuo.

Sí, esa sensación de que igual que atrapas algo entre las manos sientes como se escurre entre ellas, sí, esa sensación de plenitud incompleta, de deseo incumplido, de querer y no poder, de ignorar queriendo saber... El paso del tiempo produce esa sensación que en nada nos es extraña, pues nos muestra una realidad cuya razón desconocemos, pero a la que estamos sometidos y de la que formamos parte.

Todo tiene su contrario o su opuesto, o al menos puede pensarse. Todo puede pensarse, ¿y acaso llamaríamos real a lo puramente imaginativo? La imaginación suple el desconocimiento. Nos sacia pero nada nuevo aporta. Acabamos siendo prisioneros de la mente, sin posibilidad de liberación. La mente bulle y bulle incontrolada, ajena, autosuficiente. Muchas veces me gustaría detenerla, aliviarla, ausentarla, como en un sueño de vacío total modelado a voluntad, pero la mente es como un órgano vital, si se para nos morimos.

¡Cuánto cansa la actividad frenética de la mente! Que se lo digan a personas con problemas de neurosis o con alguna idea obsesiva, por no hablar de casos graves de verdad. Todos, en realidad, participamos en mayor o menor grado de problemas de neurosis o de alguna idea obsesiva. Todos tenemos mente y sabemos cómo es su machacona insistencia.

Y bulle y bulle sin fin...

Por Pólux.