LA FUERZA Y LA RAZÓN.

La violencia sirve para obtener cosas por la fuerza. La fuerza es en realidad un argumento, aunque no tenga el respaldo de la razón. En la naturaleza lo es, y la mayoría de los animales la usa para imponerse. Es, en parte, lo que llamamos selección natural.

Pero los humanos nos sentimos diferentes, y esa diferencia la marca la razón. Aún así no podemos evitar que se muestre el animal que somos. Fuerza y razón, dos argumentos bien distintos.

La fuerza, a través de la violencia, se caracteriza por la falta de respeto hacia el otro, llegando al extremo de la muerte. Estos días hemos visto como en Ucrania, y particularmente en la manifestaciones de su capital y mayor ciudad del país, Kiev, la violencia del poder establecido, aún siendo legítimo, no ha dudado en usar la fuerza contra los manifestantes, hasta causar la muerte de muchos de ellos. Poca visión política la del gobernante que no sabe ver como señal el levantamiento de parte del pueblo. Pero los intereses prorusos parecen que en este caso han prevalecido a la razón.

La razón asume, aún resultando doloroso, la libertad del otro, el respeto al otro, porque declara la libertad y el respeto propio. Nada, para la razón, merece una vida humana.

Finalmente el poder ucraniano representado por su presidente claudica cobardemente, y se restablece, en este caso más pronto que tarde, la calma y la razón, al menos por ahora. Pero en todos los casos de violencia extrema, como las guerras, el tiempo acaba quitando la razón a la fuerza. ¿Qué es hoy Alemania?, ¿qué es de la ciudad de Berlín y su vergonzoso muro?, ¿en qué ha acabado todo el  colonialismo que ha habido a lo largo de la historia?, ¿de qué está sirviendo el sangrante enfrentamiento entre palestinos e israelíes?, ¿qué consigue la violencia árabe contra la cultura occidental?...

La fuerza acaba tarde o temprano sin razón, y ésta se pregunta para qué sirvió tanta violencia. La vida sigue, se regenera, oculta las heridas y deja sin sentido todos aquellos motivos que quisieron serlo para el uso de la fuerza.

Por Cástor y Pólux.