Ayer hablamos de la ignorancia de la juventud (podéis leerlo tras esta entrada, apenas dándole a la rueda del ratón). Y un amable seguidor de Obtentalia, Antonio García, nos ha enviado desde Cádiz al correo electrónico ( grupo_obtentalia@obtentalia.com ) su propia reflexión sobre la ignorancia, vista desde otro punto de vista. Nos ha parecido interesante y por eso la publicamos hoy como entrada y reflexión del día, por supuesto con su visto bueno.
Y aquí os reproducimos su correo.
"He leído con interés vuestra reflexión de hoy, y me ha resultado interesante. Pero yo siempre pensé en la ignorancia desde un punto de vista distinto. Por ejemplo la ignorancia sobre algo que tenemos que hacer (el desconocimiento de la forma de hacerlo o afrontarlo), como un viajo solo por primera vez, una entrevista de trabajo, resolver un papeleo de cierta complejidad o enfrentarnos por primera vez a un cajero automático.
Y aquí os reproducimos su correo.
"He leído con interés vuestra reflexión de hoy, y me ha resultado interesante. Pero yo siempre pensé en la ignorancia desde un punto de vista distinto. Por ejemplo la ignorancia sobre algo que tenemos que hacer (el desconocimiento de la forma de hacerlo o afrontarlo), como un viajo solo por primera vez, una entrevista de trabajo, resolver un papeleo de cierta complejidad o enfrentarnos por primera vez a un cajero automático.
La ignorancia frente a acontecimientos de este tipo puede producir temor, miedo a ser incapaz de afrontarlos o resolverlos, pero curiosamente también puede producir el efecto contrario, cierta tranquilidad por ignorar uno lo que le espera, por creer que es algo trivial cuanto no lo es.
En cualquier caso la ignorancia nos hace percibir las cosas fuera de su contexto real, bien como algo que nos desborda y a lo que tememos enfrentarnos, bien como algo de lo que no apreciamos su verdadera magnitud y que afrontamos por tanto convencidos de nuestras posibilidades, incapaces de ver lo que se nos viene encima.
La ignorancia distorsiona nuestra visión de los hechos y de la realidad que hemos de afrontar, pues tenemos un conocimientos parcial de ellos y en ocasiones ningún conocimiento, lo que crea la expectativa de que todo es posible cuando no es así."
Un saludo para Antonio y todos nuestros lectores en general. Por cierto, bella tierra la gaditana, de cuyas playas, en particular, guardamos gratos recuerdos. Además el otoño pasado estuvimos por parte de su costa buscando ubicación para nuestra atalaya. Pero esa es otra historia.
Por Cástor y Pólux.
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