Después de varios días con la misma cabecera del blog, conmemorativa de la entrada del nuevo año 2014, hoy volvemos a nuestra "normalidad" con una fotografía realizada ayer viernes desde nuestra atalaya. Se distinguen perfectamente al fondo las cortinas de agua que forma la lluvia sobre el mar.
Para mañana ya tenemos casi lista la nueva canción Orfeo, de la que os adelantamos que se titula "Luz de la aurora". Ya hemos podido escucharla varias veces y podemos deciros que nos ha resultado muy original, bien interpretada y de gran belleza. Y es que a nosotros nos gusta ese tipo de música
Y pronto tendremos también nueva colaboración, pero de eso ya os hablaremos mañana.
También tenemos nuevas sugerencias para esta semana (tenéis el enlace en el lateral izquierdo).
Este fin de año una televisión nacional nos deleitó con un recordatorio musical a través del tiempo. Trozos de canciones engarzados uno tras otro.
Para mañana ya tenemos casi lista la nueva canción Orfeo, de la que os adelantamos que se titula "Luz de la aurora". Ya hemos podido escucharla varias veces y podemos deciros que nos ha resultado muy original, bien interpretada y de gran belleza. Y es que a nosotros nos gusta ese tipo de música
Y pronto tendremos también nueva colaboración, pero de eso ya os hablaremos mañana.
También tenemos nuevas sugerencias para esta semana (tenéis el enlace en el lateral izquierdo).
Este fin de año una televisión nacional nos deleitó con un recordatorio musical a través del tiempo. Trozos de canciones engarzados uno tras otro.
La música es muy emocional y recordar canciones de antaño, viendo a los cantantes con su aspecto de entonces, produce sensaciones agradables, pues eran canciones famosas que nos inspiraron y nos hicieron pasar buenos ratos en las fiestas de aquellos momentos.
¡Cómo pasa el tiempo y cómo se repiten las vivencias que ya tuvieron nuestros padres y los padres de nuestros padres! Y en eso nos hizo pensar, en las palabras de nuestros padres cuando nosotros éramos pequeños, hablando de Machín y otros muchos que ni nos sonaban. Ahora nos sucede lo mismo con nuestros menores, totalmente ajenos los nuestros conocimientos y gustos musicales de nuestra juventud. Es sólo una cuestión de piscología. No hay nada en realidad que se repita, es que actuamos de la misma manera porque estamos hechos de la misma materia. Conforme avanza el tiempo vivido comprendemos más y más a los que fueron nuestros mayores, no porque seamos más comprensivos, sino porque sentimos lo mismo que sintieron ellos.
Por eso hay incompatibilidad entre la juventud de un hijo y la madurez de un padre, porque el hijo no sabe ni puede saber lo que siente el padre, y éste quiere hacerle ver a su hijo lo que él ya ha comprendido. Los ojos del hijo no comprenden al padre, y los ojos del padre quieren pero no pueden hacer ver a su hijo. Ley de vida, no hay más. Y en este caso toca a los padres, no siempre dispuestos a ello, hacer el mayor esfuerzo de comprensión, simplemente porque el hijo no está capacitado para ello.
Hablamos, claro, de forma general, caracterizando los géneros, sin entrar en la particularidad de cada relación, pero es que eso sólo atañe a cada cual.
Nuestro reconocimiento a aquellos padres que han sabido enseñar a sus hijos a andar por la vida, a los que sin saberlo hacer, han suplido esa carestía con su cariño, y a los que sabiéndose incapaces de una y otra cosa, han sabido dejar volar sin hacer daño.
Ser padre es tal vez lo más fácil y lo más difícil por hacer en esta vida. Para serlo basta un ratito de placer, pero para responsabilizarse de ello hace falta en muchas ocasiones toda una vida, la que no todos están dispuestos a dar.
Por Cástor y Pólux.
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