Bienvenidos a Obtentalia.
Tanto ayer como hoy la foto de cabecera capta unas flores silvestres con el mar de fondo. Ya sabéis que tenemos debilidad por el mar. Ambas fotografías fueron tomadas la primavera pasada cerca de nuestra atalaya, donde estos días estamos disfrutando de un tiempo benevolente.
Ayer pusimos en la galería de fotos, donde ya están las de Adonis, las fotografías que hemos publicado de María Ruda. Hoy os lo recordamos porque merece la pena que las veáis, porque además de su gran belleza y las espectacularidad de muchas de ellas, tienen su formato original, con lo que se aprecia mejor el conjunto. En el lateral derecho tenéis el enlace.
Y por fin hoy os presentamos un nuevo artículo, en este caso de opinión y sobre la clase política, de título "El pueblo y los políticos", realizado por Pólux, en el que desarrolla la idea de que los políticos son el reflejo del pueblo. Podéis leerlo tras esta entrada, en su página "El comentario de Pólux" o en el enlace que hemos dejando en el título antes escrito. Esperamos que os entretenga y que nos deis vuestras opiniones al respecto.
También hemos renovado el apartado "Hace un año ...", que teníamos un poco olvidado.
Ya tenemos las Navidades muy cerca. Lo vemos principalmente en las gentes en las calles, en las tiendas y en los centros comerciales, donde la oferta para un consumismo desmedido (hoy revelado como salvador de la crisis) ahoga los cinco sentidos. A nosotros nos toca consumir poco, muy poco, la crisis nos obliga como a tantos otros, pero a todos aquellos a los que la crisis toca de soslayo podrán seguir su ritmo y su vida. Es una característica de nuestro sistema económico de libre mercado: dentro del sistema hay libertad, posibilidades, comodidad, futuro, esperanza, trabajo..., pero si quedas fuera del sistema se acabó todo. Y estas Navidades, como las pasadas, como también en primavera, en verano, o en otros momentos de estos últimos años, muchas personas se quedan fuera. ¿Tenemos que dar gracias por no ser nosotros y seguir adelante?, ¿no es eso lo que hacemos, y en muchos casos sin ni siquiera dar las gracias? Admiramos a quienes se comprometen con esas necesidades y otras, y no siendo nosotros parte de ellos no podemos menos que reconocer y alabar ese compromiso. Son muchas las personas que dedican horas de sus vidas privadas a instituciones, religiosas o no, ¡qué más da!, que ayudan a quien verdaderamente lo necesita.
En fin, seguro que tendremos Navidad hasta el hastío. Y bueno es, pues significa que la tendremos.
Por Cástor y Pólux.
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