Los que ya vamos teniendo cierta edad, y los que la superan, somos herederos (partícipes o no) de un concepto de trabajo totalmente distinto al que hoy impera. Nuestros padres vivieron la postguerra, y su concepto de trabajo es el que subyace en la frase "el trabajo dignifica".
Hoy día, y más antes de la crisis, el ocio ha llegado a formar parte del tiempo vital, con gran importancia para el desarrollo personal. Cuando hablamos de ocio lo expresamos en sentido amplio, tanto como tiempo para dedicárselo al divertimento y el relax como el empleado en aquellos quehaceres que desarrollan las aptitudes que nuestros trabajos excluyen o ignoran.
El ocio ha supuesto una liberación, la de la esclavitud del trabajo de antaño (nos referimos a mucho tiempo antes), pero para ello hace falta un mínimo desarrollo del estado de bienestar, tanto en la capacidad adquisitiva como en los medios para emplearla. Al final todo se traduce a desarrollo económico, cambiando con ello las reglas que someten nuestra vida. Si antes se estaba sujeto a las reglas del trabajo, ahora nosotros y ese trabajo estamos sometidos a las reglas del mercado y la economía.
¿Somos más libres que antes? El concepto de libertad es muy ambiguo por lo personal que es. No todos nos sentimos igualmente libres en las mismas condiciones. Pero en general nos atreveríamos a decir que sí, por cuanto disponemos de más ocio, aunque no todo se reduzca a ello.
Nos gusta este país libre y liberal, que a pesar de su pasado reciente poco tiene que envidiarle a los países del norte europeo que se tenían por ejemplo de liberalidad. Y el concepto liberal nada tiene que ver con la política, a pesar de que algunas tendencias quieran apropiarse del término. Tanto la derecha como la izquierda actuales pueden ser liberales.
Y llegó la crisis para recordarnos que los logros no sólo hay que conquistarlos, sino también poseerlos y mantenerlos. Y nuestra clase dirigente mucho tiene que ver en ello. Hace ya tiempo que no parecen pensar como hombres de estado (hay algunos que sí, no debemos generalizar), sino como hombres de partido.
Confiemos en que sepan luchar por el futuro, por el verdadero futuro que es el de todos y no sólo el de algunos aunque sean mayoría.
Por Cástor y Pólux.
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