Con la edad, o con la perspectiva
que da el tiempo vivido, no sólo tenemos la sensación de que pasa más rápido el
tiempo, sino también la convicción de que cada vez estamos seguros de menos
cosas, de que todo lo que nos rodea es más efímero de lo que pudiera parecer,
de que la vida se va evaporando como un sueño al despertar.
La adolescencia es un engaño que hace creer ilusamente en
utopías, un estado de inconsciencia que permite el divertimento que tanto suele
añorarse después.
Ideas estas tan subjetivas que apenas son aplicables a los demás. ¿Qué
sentís vosotros?, ¿se os esfuma la vida o la sentís tan real como cuando empezasteis a
conocerla?
Por Cástor y Pólux.
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