Las sombras suelen producir miedo: el mundo de las sombras, las sombras que nos vigilan, una sombra acechando ... Es el miedo a lo indeterminado, como el miedo a la oscuridad, sólo que las sombras simbolizan algo que está cerca y que no vemos, en un espacio intermedio entre nuestro mundo y el inaccesible mundo de los espíritus.
Recordamos como cuando éramos chicos mirábamos atónitos como entraba en un cuarto oscuro un perro que teníamos, y salía al rato como si tal cosa. Ignorantes nosotros, creíamos que nuestro perro era un valiente.
Aún tuvo que pasar algún tiempo para que comprendiéramos que es la imaginación la que produce el miedo, la capacidad de imaginar historias de espíritus y muertos observando para cogernos lo que nos impedía entrar en una habitación oscura. Y nuestro perro, como los demás, carecía de esa imaginación.
Todo está está en nuestra cabeza, tanto lo real que observamos como lo irreal que imaginamos, aunque los efectos que produzcan puedan llegara ser los mismos.
Por Cástor y Pólux.
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