Ahí (la foto de cabecera del blog) tenéis una foto realizada desde cerca de nuestra atalaya. La vista del mar es inmejorable.

Es curioso observar lo que ocurre a lo lejos e intentar sentir lo que allí ocurre. Otras veces, sin embargo, somos incapaces de ponernos en el lugar de quien tenemos al lado.
La luz se fue oscureciendo y llegó la noche. Todo se volvió igual. A lo lejos, muy lejos, la leve claridad de un pequeño pueblo reflejada en la nubes.Y nosotros, ausentes, seguimos a lo nuestro, queriendo saber, queriendo ignorar y sin saber qué hacer.
Por Cástor y Pólux.
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