Ahí (la foto de cabecera del blog) tenéis una foto realizada desde cerca de nuestra atalaya. La vista del mar es inmejorable.
Ayer por la tarde hubo algunas nubes, más hacia el atardecer, pero sin amenaza de lluvia, sin embargo sobre el mar se observaba una masa nubosa de más entidad, suficiente para soltar una cortina de agua sobre el mar, a mucha distancia de donde nosotros estábamos, pero lo suficiente para ser observada. Se veía claramente la cortina de agua, doblada a un lado hacia su mitad, seguramente por alguna corriente de aire. Cogía una franja muy amplia del horizonte, aunque no de una forma continua, pues aparecía cortada en varios lugares.
Es curioso observar lo que ocurre a lo lejos e intentar sentir lo que allí ocurre. Otras veces, sin embargo, somos incapaces de ponernos en el lugar de quien tenemos al lado.
La luz se fue oscureciendo y llegó la noche. Todo se volvió igual. A lo lejos, muy lejos, la leve claridad de un pequeño pueblo reflejada en la nubes.Y nosotros, ausentes, seguimos a lo nuestro, queriendo saber, queriendo ignorar y sin saber qué hacer.
Por Cástor y Pólux.
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