INTRODUCCIÓN. EL ESFUERZO Y LA COMODIDAD.

Lo mejor es siempre lo mejor. Evidente. Pero a veces no buscamos para nosotros lo mejor, sino sólo algo bueno.

¿Con quién te asociarías? ¿Con alguien mediocre, e incluso bueno, pero que creas que no podrá hacerte sombra y estés cómodo, siempre que el negocio vaya tirando, o con el mejor aunque te deje en evidencia y te supere, pero de quien podrás aprender mucho y adelantar en tu negocio?

La respuesta es evidente. Hemos de ser humildes y aprender para triunfar en algo, por pequeño que sea, pues siempre habrá alguien que nos superará. Pero en muchas ocasiones es más cómodo manejar la situación sin sentirse "humillado" por el poder de otro. Esa humillación no nos la proporciona esa otra persona superior en algo a nosotros, sino nosotros mismos al sentirnos inferiores y no querer admitirlo. La realidad sólo tiene un camino, el de los hechos, y todo, absolutamente todo puede después interpretarse de forma positiva o negativa. Esa interpretación dependerá de nuestra aptitud para adecuarnos a las situaciones.

Lo fácil y lo cómodo es culpar siempre a los demás o las circunstancias, a lo ajeno en definitiva, y eso no nos ayuda en nada a mejorar en cualquier sentido. Lo difícil e incómodo es asumir la propia responsabilidad, las limitaciones que nos hacen no crecer como personas y no mejorar. Y esa es la única vía para el desarrollo personal en cualquier vertiente. Pero es difícil e incómodo.

La disyuntiva es simple, o nos esforzamos (con lo que podremos conseguir o no mejorar) o no nos esforzamos (con lo que tendremos seguro que no mejoraremos). Si tenemos metas no tendremos más opción que el esfuerzo, y si no las tenemos, si nos quedamos sentados frente al televisor protestando de lo mal que está el mundo y sin levantar un dedo, dormiremos cómodamente el sueño de la nada.

Por Cástor y Pólux.