Hoy nuestra introducción son dos reflexiones de Pólux, una sobre el arte y otra sobre la religión. Son meras introducciones, esbozos de argumentos por desarrollar, sobre temas de los que ya nos hablará más adelante.
Por Cástor y Pólux.
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Hoy día se
llama arte a cualquier cosa. Se cree que con ser capaz de darle un sentido y un
contenido simbólico a algo se crea arte. La conceptualización por sí misma no es
arte, es tan sólo un proceso mental. El arte implica creación y se confunde
ésta con la capacidad de dar sentido a lo que por sí mismo no lo tiene. Lo que
se crea debe tener sentido por sí mismo, o en relación a algo inmediato a ello.
Pintar círculos, puntos y rayas y asignarles un significado para entender la
obra no es arte, es simbolismo, es creación de un lenguaje, pero no arte. El
arte ha de representar algo, un sentimiento, una emoción, algo material, una
referencia, pero no de una manera simple y elemental, como el punto y la raya,
sino de forma más sutil e intencionada. Pero éste en un tema extenso,
discutible y subjetivo, que necesita la previa definición del término arte y
que habrá de ser tratado más a fondo, y al que, en su momento, le dedicaremos
más tiempo.
Para explicar
la realidad que me rodea, tanto la estructura ontológica que define mi
existencia como el propio comportamiento humano y el conjunto de pensamientos,
voliciones, y deseos que caracterizan al hombre, parto de lo que veo a mi alrededor.
Ésta es ya una primera toma de partido, una decisión previa sobre lo que voy a
aceptar y a tener en cuenta.
La religión implica igualmente una toma de
partido, una decisión previa, la de querer creer. Religión y ateísmo son dos
posturas ante una misma realidad, ¿por qué nos decidimos por una o por otra? Es
una cuestión de voluntad, y, en muchos casos, de prejuicio, el prejuicio de dar
por sentado aquello que primero aprendemos en nuestra infancia y que es la base
sobre lo que se asienta nuestra “manera de ser”. Lo primero que aprendemos no
lo ponemos en duda porque es lo único de lo que disponemos en ese momento,
conforma la estructura sobre la que construimos lo demás. Y eso sucede con la
religión y con otras cuestiones.
Pero con la religión además operan otra serie
de condicionantes, como es su arraigo histórico o su necesidad psicológica.
Demasiados condicionantes para pensar que la religión es sólo una cuestión de
fe.
Por Pólux.
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