Un pequeño
problema nos ha impedido cambiar la foto de ayer. Pero no importa, como nos
gusta aprovechamos para disfrutarla un día más.
El optimismo
suele ser más positivo que el pesimismo, a veces incluso aún en el que caso de
que la visión pesimista se ajuste más a la realidad. El ánimo positivo nos
induce a actuar y luchar, el negativo es más reflexivo pero también más
distorsionado. Toda esta generalidad se diluye ante la fuerza de la
personalidad individual, que determina el carácter optimista o pesimista, o el
grado de integración de cada una de esas facetas en nuestro carácter.
Ya es sábado y
queremos ser optimistas. Pero la voluntad de serlo no depende del día, ¿o sí?
En realidad queremos preguntarnos, ¿es la voluntad un acto totalmente
voluntario?
Buen fin de
semana y a refrescarse, tanto el cuerpo como la mente, porque el calor afecta a
los dos, y a veces incluso a la segunda más que al primero.
Por Cástor y Pólux.
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