Siguiendo con lo de ayer..., ¿acaso no hay técnicas para rentabilizar el trabajo o hacerlo más productivo? Nos referimos siempre a la mediana y pequeña empresa.
Nuestra idiosincrasia y mentalidad latinas entra fácilmente en contradicción con esas técnicas. Hay aún empresas y oficinas en las que el trabajo se reparte por criterios ajenos a la productividad, como la antigüedad, el sueldo, la capacidad de protesta del trabajador y no se qué razones más, de forma que hay personas haciendo un trabajo para el que no están dotados o capacitados o simplemente no les gusta, cuando otros que haría con agrado y rendimiento ese trabajo están igualmente desempeñando labores para las que no son productivos. pero tienen esos trabajos asignados porque algún encargado de personal, o de productividad o de recursos humanos es asimismo incompetente para hacer su trabajo.
La supervisión no ya de la productividad, sino de los protocolos que deben hacer efectiva la productividad es importante, pero aún lo es más que haya alguien al frente de todo ello capacitado que haga que el sistema funcione.
El peso de la responsabilidad suele recaer, como decíamos ayer, casi siempre sobre el trabajador, el eslabón más débil de la cadena, pero a todas luces no, sin embargo, el responsable de la distribución del trabajo.
Hay más jefes incapaces que trabajadores con el mismo calificativo, tal vez porque sea más difícil ser jefe, quiero decir, buen jefe, que buen trabajador.
Por Pólux.
No hay comentarios :
Publicar un comentario