La utilización de forma interesada de los medios de comunicación es manifiesta. El uso político igualmente se da, aunque suele ser menos manifiesto (no siempre), porque ante el temor de resultar muy evidente y producir el efecto contrario, la influencia política se ejerce más por omisión. No se trata, por ejemplo, tanto de darle más tiempo a los afines como de evitar la presencia (o determinadas presencias) de los contrarios. Ya sabemos, la información es poder, y manipular la información es ejercer ese poder.
Los responsables de los noticiarios de televisión son muy dados a declarar su independencia y libertad mientras se dan golpes en el pecho. Pero cuántas veces hemos visto a un noticiario hablar muy bien de un programa que van a emitir, de una película que ha subvencionado la cadena o de un premio que han recibido. Eso más que independencia es autopublicidad pura y dura, poner los noticiarios al servicio del producto que vende la cadena a la que pertenecen. Pero se autoproclaman independientes y guardianes de la verdad.
Clama al cielo lo que durante años pasó, y sigue pasando en parte, con la Fórmula 1. Cuando una conocida cadena tenía los derechos para su emisión, en la sección de deportes del noticiario correspondiente se hablaba siempre de esa competición, dándole una gran cobertura. Cuando esa cadena dejó de tener los derechos de emisión y pasó a tenerlos otra de la competencia, resultaba vergonzoso ver como había semanas en las que ni se hablaba de la Fórmula 1. Ya no era noticia. Tan sólo se citaba, y no siempre, si nuestro campeón, Fernando Alonso, ganaba una carrera. ¿A eso llaman independencia? Luego se excusan en que los derechos son de otros y les dificultan el acceso a la información..., como si ellos no hubieran hecho eso mismo antes.
Son sólo ejemplos. Imaginen donde queda la independencia y la libertad si el interés es político o económico.
A lo mejor nos han visto cara de tontos y piensan que es fácil tomarnos el pelo, o simplemente creen que nos lo toman porque nos mostramos impasibles ante sus desmanes por lo acostumbrados que estamos a tanta falsedad. En cualquier caso parece que eso de la independencia en los medios de comunicación es una falacia más.
Por Pólux.
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