"Mi cabeza continuamente bulle en ideas, pensamientos, proyectos, creaciones, decepciones, creencias, percepciones, necesidades..., como una agotadora máquina que no para. El sueño y el descanso de cada noche ya no lo alivian. Por otro lado estrés, compromisos, obligaciones, expectativas..., toda una miríada de proyectiles que explotan contra las paredes de mi cabeza, como queriendo abrir un hueco por donde escapar. Y para colmo las necesidades y limitaciones psicológicas que de forma casi genética conforman mi mente en una suerte de muro infranqueable, como un campo de concentración del que no sé cómo liberarme.
Y un día me exceso y me lo reprochan. ¿Acaso no es necesaria a veces una vía de escape, una liberación momentánea al menos? Claro que todo es tan relativo que a veces esa cabeza mía me parece una ilusión. Pero es que hasta de las ilusiones hay que huir en ocasiones. Y cuando consigo huir me pierdo en un páramo interminable y desangelado.
No sé, no sé, al final me dejo ir sin saber hacia dónde. Busco, si puedo, un lugar en silencio y mirando al vacío, como si la nada pudiera en algo aliviarme. Pretendo desaparecer pero no lo consigo. Voy pero siempre vuelvo. Y en cada vuelta mi cabeza bulle un poquito más..."
Por Pólux.
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