2º DEBATE ANTE LAS ELECCIONES ANDALUZAS.

El lunes por la noche tuvimos ocasión de ver el segundo de los debates televisivos con los líderes que tienen representación en el Parlamento andaluz, con ocasión de las ya próximas elecciones a la Junta de Andalucía. En realidad no era un debate, sino monólogos con posibilidad de réplica en el tiempo asignado a cada uno.

No hubo nada original, más de lo de siempre, cada uno en su sitio menos Susana Díaz, líder del Psoe, que no salió favorecida del debate. Ya se encargó de ello Juan Manuel Moreno, líder del PP, que supo hacerla parecer con cierta impertinencia por sus continuas interrupciones. Pero en realidad ello no pasa de lo anecdótico.

Díaz soporta el desgaste de tantos años de gobierno del Psoe en Andalucía, tantos que sus promesas cuesta que suenen creíbles. 

Antonio Maíllo, líder de IU, estuvo correcto pero también en su papel, desligándose de los otros candidatos y acusándoles de la corrupción en que están instalados, olvidando, tal vez, que su partido ha participado en el último gobierno andaluz a través de su pacto con el Psoe.

Juan Manuel Moreno quiso parecer convincente y aprovechó las circunstancias, pero su discurso, como el de los otros líderes, no aportó nada nuevo.

El debate se volvió algo bronco por momentos pero en lo demás previsible y lleno de promesas e intenciones que ya sabemos que no van a cumplir, porque han tenido ya ocasión y no lo han hecho.

Todo tenía un cierto sabor a rancio, el sabor del cansancio a que nos somete una forma de hacer política que no convence. Falta frescura, originalidad, talento..., pero ya sabemos, son las elecciones andaluzas, y por más que me cueste decirlo como andaluz que soy, aquí pasará lo que pasa desde casi que tengo memoria, saldrán los de siempre y tendremos más de lo mismo. Legítimo, por supuesto, pero no muy sano. Y no lo digo porque se trate del Psoe, sino porque sea el partido que sea, y sea en la región que sea, gobernar durante tantos años seguidos -ya van más de 30, se dice pronto- no puede ser sano. La alternancia es una dinámica que no entiende porqué no tiene cabida en esta región. Será cosa de nuestra idiosincrasia.

Por Pólux.