Duro es el camino. Y lo es por la desesperanza que provoca saber que nunca llegaré. Solo hay camino, sin vuelta posible y sin más futuro que seguir siéndolo.
Pero hay un camino más duro aún, el de quien ha de recorrerlo con la incomodidad y la desdicha de no poseer lo básico para hacerlo más llevadero, el de quien se moja cuando llueve, el de quien pide y no recibe, el de quien implora y es pisoteado.
Nuestro camino es duro, pero hay un camino más duro aún del que no queremos saber nada.
Por Pólux.
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