Lejos..., lejos está mi conocimiento de las cosas, de
la verdad, de la explicación del mundo.
Lejos estoy, casi por definición, de lo
que deseo, lejos estoy de saber, y ni siquiera sé si de querer saber.
No alcanzo a ser yo mismo, a hacer lo que creo que debo hacer, ni siquiera a saber bien qué es eso.
Ahí está, siempre, ese vacío que me aleja de mi deseo y
mi idea de la realidad y de la realidad misma que creo sentir a mi alrededor.
Lejos..., estoy lejos de todo, y más aún de mí mismo...
Por Pólux.
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