¡Cuánto nos sugiere la fotografía de hoy de nuestro colaborador Carlos García!
Pulsar en la foto para aumentar de tamaño (Autor: Carlos García) |
Los barcos salen a faenar al anochecer. La mar calma invita al sosiego y la reflexión tras la agitación del día. La oscuridad en ciernes oculta las culpas del día, como la mar, otra vez calma, borra las ondas que cada barco deja en ella al transitarla. Pero las ondas no se pierden, pues así como cada gota de agua, imperceptible en la inmensidad del océano, forma parte de él y contribuye a su esencia, cada honda horadada detiene el mar en el clímax de un suspiro...
Carlos juega de forma sorprendente con las sombras y la oscuridad amparada por un sol siempre presente en sus fotos (en este tipo de fotos). No puede dejar de hacerme pensar en la famosa e influyente tríada dialéctica de Hegel, su concepción de la realidad y explicación de cómo acontece el conocimiento a partir de lo inmediato entendible (tesis), su negación o contradicción (antítesis) y la totalidad alcanzada por la razón en la superación de esa contradicción (síntesis).
He de reconocer que la filosofía hegeliana, a pesar de su gran influencia y su originalidad explicativa, nunca fue "santo de mi devoción". Pero tampoco viene eso al caso. Lo cierto es que en las fotografías de Carlos, como la que os presento hoy y la que os presentaré mañana domingo, con su característico juego de luces y sombras, me parece factible aplicar la dialéctica hegeliana. Veámoslo tomando como ejemplo la fotografía de hoy.
El sol es la referencia más inmediata (TESIS), el primer momento, lo que define el inicio de la comprensión de la fotografía, pues produce el colorido y juego de sombras tan especial. Se muestra nítidamente a nuestra comprensión, aunque entendemos que la totalidad de la fotografía no se reduce a la presencia del sol.
Entendemos en un segundo momento que, consecuencia del brillo del sol, aparecen las sombras y la oscuridad (ANTÍTESIS). Es decir, a partir de la razón llegamos a la contradicción del primer momento, pero consecuencia de él mismo. La fotografía empieza a cobrar sentido en el juego de sombras, en los tímidos brillos que el sol produce en un mar oscuro. Sin el sol no habría oscuridad. El sol no ilumina los barcos, ni los hace visibles, ta sólo muestra de soslayo una realidad que no pretende ser el tema central.
Por último, en un tercer momento, el significado total se alcanza al superar la mera contradicción entre el sol y las sombras, los elementos que conforman la fotografía, y comprender ésta como un todo, cuya finalidad no es sol, ni las sombras, sino el sentimiento y las sensaciones que ese todo nos produce (SÍNTESIS). El significado más allá de la pura inmediatez de los elementos que forman la fotografía ha sido alcanzado por la razón.
Sólo he tratado de hacer un ejercicio distinto, éste de aplicar a la fotografía un concepto filosófico (en nada tienen que estar reñidos), teniendo en cuenta el especial uso del brillo y las sombras en la fotografía de Carlos, sin más pretensiones. Al fin y al cabo la fotografía no es más que una expresión más de la razón humana.
Y mañana domingo más.
Y mañana domingo más.
Por Pólux.
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