El sistema nos ampara igual que nos reprime. Nada escapa al sistema que hemos creado, salvo lo ínfimo y despreciable, como los últimos decimales de una larga serie.
El único escondrijo es parecer invisible, no causar ni la más leve onda en el estanque que sirve al sistema, prácticamente no ser.
No sé que es mejor, si luchar por un lugar propio y sometido o por pasar totalmente inadvertido. Lo primero parece más razonable, lo segundo más deseable.
Aún no sé qué hacer...
Por Pólux.
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