A veces estamos cansados hasta de estar cansados, nos hartamos de estar hartos y decidimos proponernos lo que sabemos que no haremos. Somos lo que no somos, o más bien, no somos lo que creemos ser.
"Obras son amores y no buenas razones", reza el refrán. Somos lo que hacemos, no lo que pensamos. Eso es evidente, pero es que lo evidente en muchas ocasiones no nos queda nada claro. Y es que los humanos tenemos la capacidad de complicarnos la vida nosotros solitos, sin más ayuda que la de nuestra imaginación.
Todo ello convierte al realismo en una gran virtud, cada vez más escasa debido al tipo de vida que llevamos, en el que se nos presenta una realidad virtual de necesidades adquiridas que distorsionan nuestro realismo: diversión, consumo, compras, acopio de bienes, etc.
Por Cástor y Pólux.
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