"Dios aprieta pero no ahoga", "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", "para dormir bastante la barriga tirante", "de los cuarenta para arriba no te mojes la barriga", no hay más socorrido que un día tras otro, lo que no se hace hoy mañana tampoco", "no hay mal que por bien no venga"..., dicen los refranes.
El refranero es un compendio de saber y experiencia popular, por eso siempre nos admira lo cierto de sus contenidos. Sigue la siguiente fórmula: "Refranero = experiencia + sentido común".
Pero los cambios rápidos en las costumbres y la adopción de nuevos métodos para almacenar y acceder a la información parecen incompatibles con la supervivencia del refranero. No es que vaya a desaparecer, que no lo creemos, pero su uso parece restringirse cada vez más.
No hay más que observar y comparar como manejaban el refranero muchos de nuestros mayores y como se maneja hoy. Hemos conocido a personas que prácticamente hablaban con el refranero, que es mucho más amplio de lo que podemos imaginar.
Es un bien cultural como otros, pero parece que la cultura sólo se ciñe a lo "política y socialmente correcto", y el refranero ni está de moda ni tiene muchos valedores como otros campos.
En fin, "mañana será otro día".
Por Cástor y Pólux.
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