"Me duelen los oídos de tanto escuchar lo mismo, de oír en los demás el eco de mi propia voz, de mi propio pensamiento, de mí mismo.
Me duelen los ojos de ver lo que tantas veces he mirado, de reconocer mi rostro en el de cada persona que miro.
Me duelen las manos de intentar moldear las formas de mi pensamiento, de esa individualidad diferenciadora que arranca a jirones mis creencias.
Me duelen las piernas de recorrer siempre el mismo camino, la misma senda lejana y perdida, de pisar siempre la misma huella allí donde creo que no está.
Me duele el alma de sentir..., sólo de sentir y sentir lo mismo, siempre lo mismo, buscándome otro y encontrándome siempre yo.
Me duelo completo por cada pensamiento, por cada sentir, por cada movimiento, por vivir, sólo por vivir."
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Por Cástor y Pólux.
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