Ayer fue el santo de los Guillermos y Guillerminas, y resulta que en nuestra familia hay varios miembros así llamados, y en distintas generaciones como suele ser costumbre. Una abuela, tíos, una prima y sobrinos, que recordemos así de momento, han llevado o llevan ese nombre. Así que...
¡¡¡¡ F E L I C I D A D E S !!!!
Vamos con un día de retraso, pero seguro que nos lo perdonan. Y como siempre que felicitamos a alguien, hemos llamado a los monstruitos bailones para que nos amenicen el blog. Y ahí están...
En nuestra tierra siempre ha tenido más tradición el santo que el cumpleaños. Así fue con nuestros abuelos y padres, pero con las generaciones más jóvenes la influencia externa está cambiando las costumbres, como ya está sucediendo (en algunos casos cabría decir que ya ha sucedido), con los Reyes Magos, Halloween, el propio lenguaje y tantas otras cosas. La identidad de los pueblos se va diluyendo con la globalización.
Mantener las tradiciones es una manera de mantener viva la memoria de un pueblo, pero no nos engañamos, sabemos que es una lucha perdida. También es cierto que no somos especialmente tradicionalistas, más bien incluso al contrario, pero entendemos que todo debe tener su lugar y su momento, y concepciones distintas no tienen por qué ser contradictorias.
Pero el devenir de esta cultura globalizada y globalizante que nos empuja es una corriente imparable, para bien o para mal.
Por cierto, de los muchos santos Guillermos que hay a lo largo del año, ayer se celebró el de San Guillermo el Grande, ermitaño de Maleval, Italia, 1157. Si queréis saber más de él os dejamos aquí un enlace a un texto algo extenso pero bastante completo:
San Guillermo el Grande.
San Guillermo el Grande.
Por Cástor y Pólux.
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