Es más positiva la condescendencia, la empatía que la intolerancia.
La intolerancia nos subyuga, mientras la condescendencia es un acto de libertad, de voluntad.
La condescendencia mal entendida, o llevada al extremo se parece al servilismo, otro acto subyugante.
Pensad, ¿qué nos reporta más beneficios la condescendencia entendida como empatía o la intolerancia de lo que no se amolda a nuestro pensamiento?
Por Cástor y Pólux.
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