GRAVITY
Por Prometeo (06/10/12)
Gravedad. Título curioso para una
película en la que todo sucede en ingravidez. Había escuchado hablar muy bien
de esta película, lo que unido a mi gusto por la temática del espacio y de la
aventura me hizo no dudar ni un momento en ir a verla.
Lo que me encontré fue algo a lo
que ya puedo llamar una obra de arte, una mezcla exquisita entre historia,
guión, ritmo, interpretación, dirección …, una mezcla que da algo distinto, que
la supera. Pero ¿qué cautiva de esta película?
Vayamos por partes. La historia
es en sí muy simple: un accidente (por una razón que se explica un montón de “basura”
espacial les alcanza) durante un rutinario paseo espacial destroza el
transbordador de la Nasa que está haciendo un trabajo de mantenimiento del telescopio
espacial Hubble, y dos astronautas (Sandra Bullock y George Clooney), que
tendrán que ingeniárselas en un medio tan hostil como el espacio para
sobrevivir e intentar volver a la Tierra. Poco más se puede contar de la historia
para no estropear los muchos momentos de tensión que tiene.
Pareciera que es una película de
ciencia ficción, pero creo que no, que es una película de aventuras y mucha
tensión contada en un escenario que es el espacio cercano. No es propiamente
una película del espacio, sino una historia que sucede en el espacio. De hecho
la historia es bastante realista y se sitúa en lo que hasta hace poco ha sido
la realidad de los transbordadores espaciales de la Nasa. Tal vez la mayor
ficción de la película sean los de desenfadados diálogos iniciales, más propios
de un guión que de la realidad (parece que en EEUU si no hace eso revientan).
El guión no es nada complejo,
precisamente la sencillez narrativa la convierte su director (Alfonso Cuarón)
en una virtud. No hay ni muchos ni complejos personajes, y la línea narrativa
apenas tiene recodos. Todo ello haría de cualquier película algo vacío y con
poco interés, sin embargo el director aporta otros ingredientes tratados con
mucha originalidad, como la fotografía, planos muy largos, tensión constante,
la fuerza vital por sobrevivir. Antes de iniciar el periplo por la
supervivencia el director nos enseña la muerte (de todos los tripulantes del
transbordador sólo sobreviven dos). En contraposición a la sencillez del guión,
tiene una complejidad visual que cautiva, con la referencia constante a la
Tierra, siempre a la vista, tan cercana y tan inaccesible.
Los planos están muy medidos,
mostrándonos tanto la visión particular del astronauta como la general de lo
que sucede a su alrededor en una alternancia que enriquece la historia, para lo
que se utilizan posiciones subjetivas de las cámara con mucho acierto. Hay
momentos pausados, en los que parece detenerse el tiempo y Cuarón juega con la simbología
(escena en la que Sandra Bullock se va quedando dormida y va adoptando poco a poco
la posición fetal) y el trasfondo emocional (suceso traumático del pasado que
acompaña a Sandra Bullock toda la historia), y escenas de trepidante acción que
suelen acabar en una situación límite, perfectamente orquestadas, con uno
efectos visuales (efectos especiales) simplemente perfectos. Tan sólo recuerdo
una sola escena en toda la película en la que me pareció estar viendo realmente
una maqueta, pero fue una escena de “transición” (iba a decir de relleno, de
esas que enlazan una parte de la historia con otra, pero en realidad aquí no
hay escenas de esas, todo está medido e insertado con un fin determinado en el
sitio justo).
Es, sobre todo, una película de
tensión y de emoción. Esta tensión se consigue de dos formas. La primera a
través de las situaciones límite. En un medio hostil cada situación que pasan
los astronautas se convierte en una posibilidad real de morir y una ínfima
probabilidad de seguir adelante. El esfuerzo, el ingenio y la suerte (mucha es
la suerte) va haciendo a lo largo de la historia que esa ínfima probabilidad
les vaya manteniendo con vida. La segunda forma de conseguir la tensión es a
través del tiempo, que juega en contra. Desde cada segundo que pasa Sandra
Bullock alejándose a la deriva hacia el espacio, o desde el oxígeno de los trajes
que se acaba, hasta los noventa minutos que tardará la “basura” espacial en
volver a pasar por su órbita. De esas dos formas se recrea la tensión, muy bien
conseguida y que nos pegará a la butaca. Por otra parte la emoción se consigue
contando bien la historia, haciendo que la vivamos en primera persona y dotando
a los personajes de una mínima profundidad para luego transmitírnosla. La
emoción implica la previa conexión con la historia.
Otro aspecto a favor de esta
película es la precisión científica con que está narrada. A pesar de ello
habría un detalle poco probable de que sucediera, aunque no imposible, que no
voy a citar por dos razones. Una porque en realidad la película juega todo el
tiempo con lo improbable pero no imposible, donde se enmarcaría aquello a lo
que me refiero, y segundo porque referirlo implica contar parte de la historia,
y no voy a destrozar los principales ingredientes de la película, la tensión y
la emoción.
Y hasta en el mismísimo final, un
final épico, está lleno de esa tensión y esa emoción que nos harán entornar los
labios para esbozar …¿una sonrisa o un gesto de tristeza?.
Es una emocionante historia de
soledad, lucha y supervivencia, con fantásticas imágenes de la Tierra (muy
recomendable verla en 3D si es posible), entretenida, trepidante, contada con
sencillez y precisión, muy bien interpretada, pero sobre todo dirigida con
maestría, originalidad y mucha intención. El mejor estreno de cine que he visto
en mucho tiempo.
Yo la recomiendo guste o no la
ciencia ficción, pues, como he dicho antes, no es propiamente una historia de
ciencia ficción, sino una historia clásica de lucha y supervivencia, de acción
y no exenta de cierto dramatismo. Bastantes ingredientes, ¿verdad?.
No hay comentarios :
Publicar un comentario