La soledad suele ser un mal sentimiento cuando no es deseada. Pero cuando lo es produce un sentimiento que reconforta. ¿Quién desea la soledad? Especialmente personas autosuficientes, tanto como para no desear compañía, o mejor dicho, para no necesitarla.
Más que una opción se trata de una forma de ser, de un rasgo del carácter, y por tanto de una necesidad impuesta por la propia naturaleza, más que por uno mismo. A fin de cuentas no hay diferencia entre desear compañía o desear soledad, es más una característica de nuestro carácter que una elección vital, aunque también puede darse ésta, pero es una situación más compleja provocada por sentimientos que suelen derivar de otras circunstancias.
Sin tener que llegar a ser una elección vital, todo tiene su momento, incluida por supuesto la necesidad de soledad. Todo lo lícitamente deseado y obtenido es un enriquecimiento y una necesidad conclusa, toda una profilaxis contra la obsesión.
Por Cástor y Pólux.
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