ELYSIUM
Por Prometeo (17/08/2013)
No hay película de acción que se precie, o que lo intente, y no
despliegue toda una batería de propaganda y publicidad para su estreno. A mí,
incondicional de la ciencia ficción, me “duele” confesar que el talento de esta
película casi se agotó en esa propaganda publicitaria que tan bien consigue sus
propósitos. Pero vayamos por partes.
Recuerdo lo bien que me supo “Distrito 9” del mismo director, Neill
Blomkamp, con suficientes dosis de originalidad y creatividad como para
presagiar algo bueno de “Elysium”. De hecho hay escenas de ésta con cierto
parecido a aquélla, sobre todo al inicio, cuando se muestra una ciudad de
chabolas a modo de “gueto”. Pero cualquier parecido no deja de ser superficial.
La historia que nos cuenta “Elysium” es simplista y facilona, y
rápidamente nos pone de parte de una mayoría que malvive en La Tierra frente a la
minoría que vive plácidamente y a todo lujo en “Elysium”, una estación que
orbita cerca de nuestro planeta, que puede verse a plena luz del día en el
cielo como símbolo del lujo y la clase alta, muy alta, que pisotea y ahoga a la
clase pobre, sin transición entre ambas. Vemos claramente la intención y el mensaje
de la historia, pero eso es lo malo, que lo vemos demasiado claramente, sin
matices ni sutilezas: los ricos son malos, muy malos, y poseen todo aquello que se
merecen los pobres, muy pobres. Demasiado elemental, simple e infantil para
adquirir significado por sí mismo. La mayoría de los que estábamos en la sala
viendo la película éramos adultos, no niños a los que aleccionar.
Es principalmente una película de acción, con un ritmo bien dosificado,
sobre todo en su segunda parte.
La producción es lo único que me pareció a la altura. Pero hoy día la producción
va perdiendo mérito (el mérito que por ejemplo tenía “Distrito 9”) cuando hay
un buen respaldo económico, pues acaba reduciéndose, casi, a la cuestión de
poseer los medios técnicos y los profesionales cualificados para sacar el
proyecto adelante. Pero tampoco queremos quitarle todo el mérito. Resulta
original y bien construida la estación orbital “Elysium”, aunque a costa de
concederle algunas cosas desde el punto de vista físico.
Y ese es otro problema de la historia, la de los pequeños errores o
incoherencias, que no ayudan a cohesionar la historia. Generalmente este tipo
de historias suelen tenerlos, y su casi ausencia demuestra la madurez del guión,
que no es precisamente este caso.
Matt Damon, a la cabeza del reparto, está bien, sin excesos, en un
término medio muy aceptable. En cuanto a Jodie Foster, actriz que siempre me ha
gustado particularmente, creo que no está a su propia altura, en un papel que,
desde luego, no se presta a mucho lucimiento. Aunque no sé si habrá sido ese el
problema.
La música tampoco merece ninguna especial mención. Ahí está.
En definitiva, entretenida si no se espera más de ella. Se puede echar
un rato agradable si se va a ver esta película sin más pretensiones.
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