¿No os cansáis de todo a veces?, ¿no sentís que todo pierde el sentido que parecía tener?, ¿no llegáis a dudar incluso de la propia realidad?
El sentido de todo es tan necesario y tan subjetivo que hemos de aceptarlo y a la vez dudar de él. El sentido de todo ..., propio y ajeno, que nos llena y nos vacía, que nos complace y nos irrita. La enajenación que nos produce tanto dualismo, tanta dicotomía, desalienta nuestro ánimo y fortalece la duda. Una duda que ni siquiera está segura de serlo.
Buscamos el alivio, el descanso, la placidez, ante tanta pesadumbre, pero todo se torna anhelo.
¿Cómo será mañana el sentir que nos destruye?, ¿o acaso se tornará fortaleza? Hoy sólo produce cansancio y hastío, y mañana ...¡quién sabrá mañana!
Por Cástor y Pólux.
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