MÁXIMAS DE OBTENTALIA (III)
Por Cástor (14/07/2013)
Hoy os presento una nueva entrega de Máximas de Obtentalia, donde recojo algunas de las ideas que nuestros colaboradores han ido vertiendo en Obtentalia, la mayoría a modo de máximas, otras algo más extensas.
Espero que paséis un rato distraído y que también puedan serviros en algo.
Cuál no será el sentimiento
negativo ante la muerte que, aún reconociendo la vida como un camino tortuoso
del que a veces dan ganas de desistir, nos aferramos a ella y seguimos aquí,
día tras día, vida tras vida.
Queremos ser los primeros, los únicos, los verdaderos, pero
no sabemos donde está el principio, la diversidad o qué es lo relativo.
Sólo es aparente lo que puede mostrarse superficialmente y no
en su esencia. Si sólo tenemos acceso a la apariencia, ésta se convierte en
conocimiento básico, lo superficial y lo esencial se confunden en lo aparente.
Me sentí identificado con alguien cuya sangre compartía, con
alguien que ya había recorrido el camino que yo estaba atravesando, y eso
relativizó aún más mi percepción de la existencia.
¿Qué es esta sensación? Parece que va y viene, pero en
realidad está aquí, dentro de mí, y aparece y desaparece, o más bien se muestra
o no. Horadó lentamente mi interior hasta acabar anidando en él.
¿Cuál es mi naturaleza que hace que desee lo que mi razón
sabe que no puede ser?, ¿por qué estoy hecho de forma que por naturaleza el
desconsuelo sea parte de mí?, ¿por qué me pregunto tantos “por qué” si sé de
antemano que no puedo responderlos?.
Ajenos de lo ajeno, solos en la soledad, perdidos en un
recuerdo olvidado de sí mismo, ese es nuestro sentir esta mañana en la que no
queremos apartar la vista ni el sentimiento de este paisaje, en la que no nos
apetece volver al mundo que no es propio.
Nos gusta reconocernos únicos, diferentes, y acabamos
creyendo que así es realmente. Y no es que no sea cierto, pero si lo analizamos
detenidamente observamos que tenemos más aspectos iguales a otras personas que
diferentes. Nos parecemos mucho a nuestros padres. Sin darnos cuenta hemos
adoptado muchos de sus criterios, de sus manías, de sus gestos.
La psicología da respuestas usando el método científico con
ciertas limitaciones, propias de la dificultad de medir el objeto de su
estudio, la mente, y la filosofía propone hipótesis usando un método más
cercano al tipo de conocimiento que funda la religión que al método científico,
obteniendo con ello verdades subjetivas, cuyo valor es de naturaleza muy
distinta al de la verdad científica.
Así es nuestro pensamiento, vistiendo la naturaleza de
formas, estructuras, belleza, significado, sentimientos… Lo que tal vez no
debamos olvidar es que todo eso somos nosotros, lo añadimos nosotros. La
naturaleza sólo es, y dentro de ese ser hay una rareza llamada ser humano.
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