A veces se encuentra
uno con pequeños momentos que producen gran placer. No sabemos bien que
detalles nos producen la satisfacción, pero no importa. Creemos que en el fondo
la satisfacción la producimos nosotros mismos, si bien están esos detalles que
nos predisponen a ello.
No sabemos por qué
una tarde como otra cualquiera, sentados en una terraza como tantas, degustando
un aperitivo como tantas veces, produce ese estado de bienestar que es una
mezcla de paz interior, gusto por el entorno, relajación …
Y nos parece que hay
pequeños detalles que son grandes en sus efectos. Todo está en nuestra cabeza,
el mundo entero existe sólo en nuestra mente. Sí, hay algo ahí fuera, pero no
podemos saber qué es, sólo sabemos lo que la imagen mental nos proporciona según
interioriza el mundo que le rodea. Pero, ¿qué transformaciones hace nuestra
mente de los estímulos que percibe?, ¿percibe todo lo que hay?
Es como si nos hiciéramos una idea de la realidad de los barcos de la fotografía de hoy de la cabecera de nuestro blog (la realidad que está ahí fuera), a partir del reflejo que producen en el agua (percepción que tenemos de esa realidad). Es sólo un ejemplo, no muy bueno por cierto, pues nos hace pensar en la realidad (los barcos) de manera absoluta.
Es como si nos hiciéramos una idea de la realidad de los barcos de la fotografía de hoy de la cabecera de nuestro blog (la realidad que está ahí fuera), a partir del reflejo que producen en el agua (percepción que tenemos de esa realidad). Es sólo un ejemplo, no muy bueno por cierto, pues nos hace pensar en la realidad (los barcos) de manera absoluta.
La realidad está ahí
fuera, e interactuamos con ella, pero no creemos que exista de forma absoluta,
y si así fuera sería irrelevante, pues nada podemos conocer de ese absoluto si
no lo aprehendemos como tal. Otra cosa es que podamos tener una intuición de él
y eso pueda llevarnos a creer, pero no podemos tener una certeza.
Nosotros ni siquiera
tenemos la certeza de que no podemos tener certeza. ¿Tenemos entonces la
certeza de que no podemos tener certeza de tener certeza? ¡Cómo es el lenguaje!
Nos confunde con sus giros y relativismos. El problema es que no podemos pensar
sino es a través del lenguaje. Pero ese es ya otro tema, que dejaremos para
otro día.
Por Cástor y Pólux.
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