Estamos hartos y cansados de siempre lo mismo. El ánimo no nos acompaña y hace que ahondemos más en la llaga. ¿Cuál es el color de la verdad? ¿El blanco o el negro?, ¿o el gris?. La verdad no tiene color, eso no es más que una falacia para engañar al ánimo y creer que podemos sobreponernos. La realidad es la que cada uno siente, lo demás es engaño. Hay quien siente en positivo y quien lo hace en negativo. Esa es la realidad de cada uno y hemos de empezar por aceptarla.
¿Qué tenemos que aceptar nosotros hoy? Ante todo la soledad. ¿Por qué no gusta la soledad, por qué es tan temida? La soledad nos asusta igual que la muerte, la tememos de igual manera, y ello por una simple razón, porque no la aceptamos. Más difícil que morir es aceptar la muerte, como asimismo sucede con la soledad, pero una vez aceptada acaba formando parte nuestra.
Vivimos de espaldas a todo aquello que tememos o no queremos, por eso estamos llenos de miedos. No hablamos de comprender, ni de voluntades, ni de nada de eso, sólo de aceptación, simplemente aceptación. Pero qué difícil es, ¿verdad? Pues muy , a vivir con nuestros miedos, nuestras miserias y con nuestras debilidades. Somos nada porque, sin saberlo, nos empeñamos en ser nada. Cerramos los ojos cuando deberíamos abrirlos.
Sólo aceptamos esta invención de vida que nos lleva sin esfuerzo. Mi casa, mi trabajo, mis vacaciones, mi sueldo, mis amigos, mi confort, mis tardes libres, mis excursiones, ... Sí, eso también forma parte de nuestra vida, pero es la parte más engañosa, más ilusoria, más inventada. Lo demás duele, ¡claro que duele! Ojalá tuviésemos la fuerza hasta para decidir sobre la necesidad de vivir o no, por fuerte que parezca. Somos animales "rarificados" que nos hemos quedado sin lugar en la naturaleza. Somos sombras ausentes.
Quien quiera entender que entienda, y quien no que no se preocupe, que sigue estando ahí la vida inventada que nos hace creer que vivimos.
Por Cástor y Pólux.
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