INTRODUCCIÓN. LA ATALAYA, LO RELATIVO Y EL CABO TRAFALGAR.

  Como ayer os adelantábamos, para este domingo tenemos preparada una nueva historia de Argonauta. Os preguntaréis: "¿puede sorprendernos su nueva historia después de haberlo hecho tantas veces?" A lo que yo respondería: "¿acaso lo dudáis?". Si además de sorprendernos nos arranca una sonrisa estarán cubiertas todas las expectativas. Y os aseguramos que para nosotros, que hemos podido leer su historia, las ha cubierto.

  Y seguimos con nuestra búsqueda, cada día más necesaria, pero también más innecesaria, de la perspectiva que nos pueda dar nuestra nueva atalaya. Todo podemos convertirlo en esencial o en prescindible. Todo depende de nuestro punto de vista porque es bajo ese punto de vista como interiorizamos el mundo en nuestra mente. No hay mayor relativismo que el que nos proporciona la subjetividad de nuestra propia mente.

  También hay algunos acantilados en las costas gaditanas que hemos visitado por ahora. Pero no es fácil el aislamiento. Estamos dudando si seguir buscando por estos lares o volvernos a nuestra primera atalaya, la que dejamos en las costas onubenses. Seguiremos varios días por aquí hasta decidirnos.

  De todas formas hemos de decir que las playas gaditanas son maravillosas, algunas de ensueño. Nos ha gustado especialmente el Cabo de Trafalgar y su entorno (por no citar más sitios). Sí, hasta allí hemos llegado por ahora. El faro que hay situado en él sería una buena atalaya para nuestros propósitos, pero no va a poder ser.

  Precisamente el faro del Cabo de Trafalgar aparecía en una de las fotos que en su día pusimos en la cabecera del blog. A pesar de que con ello rompamos una tradición, hoy nos ha parecido justificado repetir esa foto. En un tablero al pie del conocido faro, pueden leerse datos interesantes relativos a la famosa batalla naval de Trafalgar, que tuvo lugar frente a esa costa. Todo un desastre para la flota naval española.

Por Cástor y Pólux.