Bienvenidos a Obtentalia.
Hoy jueves es día de fiesta. A lo largo del día hemos visto aumentado el tráfico en nuestro camino en busca de una nueva atalaya. Por fin cruzamos el Algarve y alcanzamos la costa onubense, que pronto dejaremos atrás a pesar de sernos tan querida. Tendremos que bordear El Coto. Hemos decidido que seguiremos caminando hasta adentrarnos, siempre por la costa, en la provincia gaditana.
La semana pasada habilitamos un correo electrónico al que podernos hacer llegar vuestras historias, sugerencias, consultas ... No se trata de un formulario, sino sólo de una dirección de correo que podéis usar directamente (grupo_obtentalia@obtentalia.com).
Las cosas suceden y la flecha del tiempo marca implacable su dirección. Tenemos la intuición, más que la razón, de que todo sucede en instantes distintos (pasado, presente y futuro), como si de la proyección de una película se tratara: la parte ya visionada de la cinta está en el carrete trasero, el pasado, la parte de película que nos queda por ver está en un carrete a la entrada del proyector, el futuro, y la cinta que atraviesa el proyector va mostrando cada instante de la película, el presente, con la particularidad de que la cinta sólo puede ir en una dirección, la flecha del tiempo.
Hoy jueves es día de fiesta. A lo largo del día hemos visto aumentado el tráfico en nuestro camino en busca de una nueva atalaya. Por fin cruzamos el Algarve y alcanzamos la costa onubense, que pronto dejaremos atrás a pesar de sernos tan querida. Tendremos que bordear El Coto. Hemos decidido que seguiremos caminando hasta adentrarnos, siempre por la costa, en la provincia gaditana.
La semana pasada habilitamos un correo electrónico al que podernos hacer llegar vuestras historias, sugerencias, consultas ... No se trata de un formulario, sino sólo de una dirección de correo que podéis usar directamente (grupo_obtentalia@obtentalia.com).
Las cosas suceden y la flecha del tiempo marca implacable su dirección. Tenemos la intuición, más que la razón, de que todo sucede en instantes distintos (pasado, presente y futuro), como si de la proyección de una película se tratara: la parte ya visionada de la cinta está en el carrete trasero, el pasado, la parte de película que nos queda por ver está en un carrete a la entrada del proyector, el futuro, y la cinta que atraviesa el proyector va mostrando cada instante de la película, el presente, con la particularidad de que la cinta sólo puede ir en una dirección, la flecha del tiempo.
No sabemos si
realmente esa imagen es reflejo de la realidad o ésta va más allá, retándonos a
descubrirla. Más bien nos parece que se trata de esto último. En cualquier caso estamos sometidos a esa especie de estructura espacio-tiempo-existencial de forma tan integrada que nos hace pensar que simplemente seamos parte constituyente de ella. Tal vez algún día la ciencia arroje luz sobre este tema, aunque intuimos que no estaremos ya aquí para verlo.
Por Cástor y
Pólux.
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