INTRODUCCIÓN. FILOSOFÍA Y RELIGIÓN.

  Tradicionalmente la filosofía y la religión han sido las dos disciplinas que han intentado explicar lo que no tiene explicación, lo indemostrable. Y sobrevivirán mientras sigan existiendo cuestiones indemostrables o inabarcables, es decir, siempre. Pero no porque lo inabarcable no pueda ser nunca conocido, sino porque simplemente siempre nos podemos plantear cuestiones que, incluso de antemano, sabemos que no pueden conocerse o demostrarse.

  La ciencia es la única herramienta que por ahora tenemos para conocer el mundo, conocimiento que aplicamos gracias a la técnica. El conocimiento filosófico y religioso es un conocimiento teórico inaplicable, aunque no por ello sin valor. Gracias a esas disciplinas (sólo la filosofía si no se es religioso) podemos especular y discernir cuestiones morales sobre las que la ciencia no puede decirnos nada. Aunque en sentido estricto es nuestra capacidad de pensamiento y discernimiento la que abarca esas cuestiones morales. La filosofía es sólo la disciplina que recoge y ordena esos pensamientos, y la religión la que les da una trascendencia indemostrable, en la que sólo se puede creer.

  Esta introducción es un ejemplo de filosofía, que muestra pero no demuestra, que valora pero sin consenso sobre su valor. Pura subjetividad. Y el valor de lo subjetivo es también subjetivo.

Por Cástor y Pólux.