Los logros conseguidos por la selección española de fútbol lo acaparan todo estos días. El amplio eco y repercusión que están teniendo no tiene igual en otros deportes. Y ello, principalmente, por la cantidad de personas que lo siguen, que son mayoría frente a otras competiciones deportivas, y, en parte, por el carácter internacional y de alto nivel de esta competición, que propicia el sentimiento patrio frente a los demás países.
Además consigue, como también otros deportes menos seguidos, aunar sentimientos frente a la idea de pertenencia a un país común que nos hace compartir deseos, compartir el sentimiento de unidad tan denostado por algunos. Todos tienen derecho a pensar como quieran, a aplaudir o criticar una idea. Por eso también es libre el sentimiento que despierta el fútbol, y el carácter espontáneo de ese sentimiento es lo que lo hace más auténtico.
Si además los éxitos de nuestra
selección se asocian a valores personales que puedan servir de ejemplo, se les
da una componente pedagógica muy importante a la hora de transmitir esos
valores. Que éstos sean más o menos reales personal y particularmente es lo de menos. No sabemos cómo es
cada jugador en su intimidad, qué tiene o de qué carece, pero lo que sí sabemos
es que en su juego transmiten algo más que un simple deporte, transmiten
esfuerzo, respeto y sobre todo capacidad de trabajo en equipo, con el
sacrificio que eso a veces supone a favor de otros o del equipo. Lo importante
no es lo que los jugadores hacen fuera del campo, si son así o al contrario, lo
importante es su juego, que es lo único que valoramos en el fútbol. Y su juego
es un ejemplo para todos.
Hay otros muchos deportistas que
son igualmente buenos ejemplos, pero los deportes que practican no tienen el
tirón del fútbol. Eso es lo único que hace al fútbol especial.
La prepotencia de algunos
entrenadores les hace poco admirables. Sin embargo el entrenador de nuestra
selección hace gala de una sencillez y humildad impropia de su estatus social (impropia
porque lo normal y propio de su situación es el endiosamiento). Repetimos que
no le conocemos personalmente y por eso no le juzgamos, tan sólo le conocemos
como entrenador de la selección nacional de fútbol, y es en esa faceta en la
que le vemos dichas características.
¡ENHORABUENA POR LO CONSEGUIDO!
Por Cástor y Pólux.
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