La atalaya mueve al silencio. Las palabras pierden cada vez más su sentido, y volcarlas en este blog también. ¿A quien pueden interesar realmente mis reflexiones o las que refiero de otros?
Allá donde la frivolidad se ha apoderado de todo nada más tiene cabida. Quisiera pensar que nada de frivolidad tiene este blog, pero me engañaría, aunque creo sinceramente que a ser frívolo otros me ganan por diferencia.
Tal vez debiera ir a la atalaya para no volver. ¿Alguien sería capaz de decirme qué hago aquí y por qué? ¡Cuánto engaño y cuánta ignorancia hay en nuestras vidas!
Por Pólux.
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