Podría hablar del género humano, del carácter humano más bien dicho. Es lo más fácil, pues sólo hay que decir lo que se observa.
Podría hablar de la religión, esa extraña correlación del hombre consigo mismo como si de una relación disyunta se tratara.
Podría hablar de política sin miedo a equivocarme. Nos lo están poniendo muy fácil los políticos para acertar con casi cualquier adjetivo desconsiderado.
Podría hablar de la agónica existencia del ser, la que constantemente tapamos o intentamos eludir con esa idea tan prosopopéyica que es la felicidad.
Podría hablar de tantas cosas..., pero hoy prefiero callar.
Por Pólux.
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