Hoy vuelvo a la atalaya. No a buscar, como habitualmente, sino para huir del ruido, del estrés, del desencanto y de los demás, sobre todo de los demás(no de todos, sí de muchos).
Mañana me despertarán cantos de pájaros y el bramido del mar, bajo el azul incipiente del amanecer. Limpiarán mis oídos, mi vista, mis actitudes viciadas. Todo para comenzar de nuevo el ciclo, y terminarlo, como hoy.
Pinos, médanos, matorral, jaguarzo, romero... y mar, mucho mar, inacabable, imperturbable, inefable...
Por Pólux.
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