Banca on-line, correo electrónico, televisores conectados a internet, televisión digital..., si nuestros abuelos levantaran la cabeza...
¿Qué nos encontraríamos nosotros si levantáramos la cabeza cuando nuestros nietos sean mayores? Es difícil imaginarlo cuando la evolución tecnológica y científica es cualitativa y no meramente cuantitativa. La curiosidad, sin duda, me atrae hasta volvérmelo a preguntar. No sé, supongo que el hombre llegará a Marte, pero esto no es más que una proyección evolutiva de lo que ya hay (el hombre salió de la atmósfera terrestre, luego llegó a la Luna...).
Lo que es difícil imaginar es cuáles serán las nuevas formas de comunicarse, qué descubrimientos nuevos abrirán el comprensión del cerebro y el pensamiento. Lo que existe podemos proyectarlo, pero lo que no existe o no está descubierto, ¿cómo imaginarlo? Podríamos decir muchas cosas, y con suerte acertar en alguna, pero prefiero no "mojarme" y no quedar mal ante el futuro.
El espíritu científico se incomoda ante la perspectiva de los cambios y descubrimientos futuros que no podrán presenciarse. Yo al menos, en mi humilde formación científica, lo siento así.
¡Cuánto daría por poder asomarme por una ventana dentro de trescientos o quinientos años y ver qué es de la humanidad y sus progresos! De lo que estoy seguro, y bien quisiera equivocarme, es de que seguirán existiendo clases, y la riqueza y la seguridad seguirá estando en manos de una minoría. Y es que la ciencia y la tecnología, la historia creo que lo corrobora, pueden cambiar la vida de las personas, pero no la forma de ser de las personas, nuestro carácter humano.
Sin duda, a largo plazo, habrá una evolución del ser humano y el carácter humano variará en algo, pero no tengo ninguna fe en las bondades de ese cambio, simplemente porque la naturaleza, la artífice de ese cambio, no entiende de bondades.
Por Pólux.
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