Las relaciones humanas son harto complicadas, no ha de decírnoslo nadie. En los grupos más heterogéneos, como los formados en el trabajo, parece que tal complicación lo es aún más, si cabe.
Conocí a dos compañeras que andaban siempre a la gresca, pero cuando se despedían por las vacaciones o por Navidad se daban un beso y un abrazo y se deseaban lo mejor. Ciertamente aquellas despedidas me parecían un poco falsas, y un día le pregunté a una de ellas, con la que tenía más confianza, que cómo era que después de pelearse en el trabajo se daban esos abrazos en las despedidas.
Su respuesta fue: "la odio lo justo para poder quererla un poquito". Desde luego que me sorprendió, hasta el punto de que estoy ahora seguro de que aquellos abrazos no eran falsos.
¡Qué extrañas las relaciones humanas!
Por Pólux.
No hay comentarios :
Publicar un comentario