No puede ser. Me he tenido que comprar unos auriculares de esos que tienen una especie de campana de plástico que se ajusta al oído (suelen traer tres tamaños) y que aísla, o al menos lo hace en parte, de los sonidos exteriores. No tengo otra manera de escuchar música o un vídeo o una película cuando tomo el tren de cercanías.
No siempre, pero en muchas ocasiones (y muchas son más que algunas pocas) el tren de cercanías, y especialmente alguno de sus vagones son literalmente un gallinero. ¿Tan difícil es moderar el volumen de la voz? Porque cuando muchos hablan a la vez se forma un murmullo, más o menos intenso, algo soportable. No, yo hablo de cuando muchos gritan o hablan con un volumen muy elevado de la voz. Eso es lo que convierte a un grupo de personas en un gallinero. Ni música puedo escuchar con los auriculares.
En fin, no sé si es una práctica generalizada o algo propio de nuestro querido Sur, tan característico, por otro lado, de nuestra idiosincrasia, en cuyo caso, que seguramente lo es, no cabe más que aguantarse y comprarse unos auriculares de esos que he dicho antes. Buen día.
Por Pólux.
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