Es difícil ser optimista y estar contento con todo lo que sucede a nuestro alrededor. Guerras que se eternizan o que emergen cuando otras acaban, como un macabro relevo sin fin, crisis que desestructura vidas y familias y que demuestran que la solidaridad es un acto muy limitado, inmigración desesperada que deja un rastro de desesperanza e incomprensión, asesinatos terroristas propios de una sinrazón enfermiza, traficantes de drogas, armas y personas a los que nada importa el daño causado ...
Señas del género humano, capaz de cosas muy buenas, hay que decirlo, pero también capaz de lo peor, sin duda.
Por Pólux.
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