Hay pequeñas cosas que por simples se obvian, pues parecen cumplir una función nimia. Hasta que un día descubrimos su utilidad y nos complace que algo tan insignificante resuelva un problema por pequeño que sea.
Pongo un ejemplo. El uso de auriculares pequeños, de esos que se insertan en el hueco de entrada al oído, está muy generalizado. Normalmente no parece que tenga demasiada importancia hacer la distinción entre el canal izquierdo y el derecho a la hora de colocárnoslo, pero en muchas circunstancias sí la tiene, por ejemplo cuando se graba música, se escucha una película con sonido estéreo (lo que sucede en la parte izquierda de la pantalla se oye por el canal izquierdo, produciendo una sensación de realismo), o simplemente cuando se escucha música en general.
Dado lo pequeños que son los auriculares, suele ser difícil ver las letras "L" y "R" que distinguen los canales izquierdo y derecho (de sus iniciales en inglés), y más cuando hay poca luz o cuando ya se ha perdido algo de la vista de cerca. Ello acaba dificultando mucho colocar correctamente los auriculares.
Hay algunos fabricantes que hacen una pequeña marca sensible al tacto en uno de los auriculares (una pequeña protuberancia apenas perceptible a la vista), de forma que al pasar el dedo por el auricular se distingue. Una solución simple a un pequeño problema Y es que cuando se quieren colocar bien y no se tiene buena vista resulta imposible hacerlo.
Como decía al principio, me complace que algo tan insignificante resuelva un problema por pequeño que sea.
Antes tenía que hacerle una marca en uno de los auriculares para distinguirlo, como romper una pequeña parte de la carcasa exterior que notara al tacto. Problema resuelto. No cuesta tanto al fabricante hacer esa pequeña marca, pero no piensan que hay personas que no ven bien de cerca, entre otras cosas por la edad.
Por Pólux.
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