Podría pensarse que es gratuita esa comparación de la psicología con la filosofía, y más aún con la religión, pero en modo alguno así lo creo.
En épocas pretéritas en las que la psicología no había nacido o era tan sólo una semilla sin germinar, la filosofía ocupaba su lugar, como "ciencia del pensamiento" o "ciencia del conocimiento", y, pareja con ella, la religión daba explicación a cuestiones hoy propias de la psicología, como la autoría de nuestras ideas o el origen de nuestros pensamientos y nuestra forma de actuar. La moral y la ética eran una cuestión religiosa, y Dios el patrón que explicaba todo ello.
Pero con el tiempo la psicología, de la mano de la ciencia, ha mostrado un camino distinto y un método diferenciado al de la religión, de forma que, a mi modo de entender, ésta no es válida explicación para lo que hoy aquélla explica con solvencia.
El espacio de la religión va estrechándose entre la ciencia y la psicología. Es más, la psicología puede explicar la necesidad y la dependencia que tiene el ser humano de la religión y de Dios. La psicología no puede explicar a Dios, ni afirmarlo ni negarlo, pero puede "desmontarlo" describiéndolo como una necesidad mental más. Lógicamente, esto es un punto de vista, pues quien cree en Dios no admite la psicología en ese sentido. Pero creo que es lícito admitir la transcendencia que tiene este psicologismo al explicar a Dios como una necesidad más de nuestra mente, y asimismo creo que no debiéramos desdeñarlo sin más reflexión que la que lo descarta por ir en contra de nuestras creencias.
Por Pólux.
No hay comentarios :
Publicar un comentario