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domingo, 28 de junio de 2015

"YIHADISMO Y OTROS TERRORISMOS: DIFICULTAD POR SER UNO MISMO", POR PÓLUX.

YIHADISMO Y OTROS TERRORISMOS: DIFICULTAD POR SER UNO MISMO"
Por Pólux (28 de junio de 2015)


Los extremismos nunca son buenos, porque tienen una visión sesgada de la realidad. Sólo tienen en consideración la parte de la realidad que se encuentra en su extremo, teniendo una visión borrosa del punto medio y nula del otro extremo o forma de ver y afrontar los problemas que aborda o trata de resolver desde su extremo.

El extremismo es radical pues la única base que fundamenta su punto de vista, su única o principal razón de ser y el único argumentario que está en la base de su sistema, es su tesis, negando cualquier otro punto de vista.

Todos los extremismos dan una visión irreal del mundo y de los problemas que tratan de abordar, sea desde un punto de vista político, racional o religioso, precisamente por su carácter extremo.

Y ese es el problema de fondo del yihadismo, ejemplo de todo lo dicho, esa corriente del islam que pretende extender e imponer su religión basada en el Corán. La yihad (esfuerzo, lucha) siempre fue parte de esa religión, como esfuerzo por la perfección espiritual o como lucha por extender la religión en lo que el propio Corán define como guerra santa. Pero todo tiene un contexto, hasta la aludida guerra santa. Los islamistas extremistas que abrazan el yihadismo interpretan que ellos y su religión han sido agredidos y ultrajados, y por tanto se defienden conforme refiere el Corán. Esa es precisamente la visión extremista. Razones tienen, claro que sí, pero las de la locura colectiva y la manipulación de unos dirigentes que interpretan la religión según su interés y que no se inmolan ni se sacrifican, pero que no tienen reparos en ordenarle a otros que lo hagan.


Las víctimas son siempre las mismas.
Es una de las vergüenzas del ser humano, la de matar y asesinar a sus semejantes alegando razones que sólo convencen al asesino. Los animales matan por su supervivencia, los humanos, además, por cuestiones ajenas a ese instinto. Y tenemos tantos ejemplos..., los muertos por las ideas políticas extremistas de ETA, los muertos por las descabelladas e igualmente extremas ideas del nacionalsocialismo de la Alemania Nazi, los muertos en aras a las palabras de Alá (Dios) interpretadas radicalmente a su antojo por los extremistas yihadistas...

Quiero saber qué pasa por la mente de esos terroristas de "ideologías" radicales, quiero entender cómo se pueden cometer tantos asesinatos sin sentido con tanto convencimiento.

Y creo que lo que pasa por sus cabezas es el convencimiento en una ideas que les han sido facilitadas porque carecen de otras, como también carecen de la fuerza y seguridad necesarias para decidir por sí mismos. Es más fácil dejarse conducir que conducir uno su propia vida. El problema es que las ideas que adoptan no están en consonancia con la realidad porque normalmente están al servicio de intereses particulares, que encuentran en las personas desencantadas, sin futuro o simplemente débiles de espíritu, su caldo de cultivo. Es lo que siempre se ha llamado manipulación. Si bien el manipulado es el terrorista asesino, el verdadero peligro está en el manipulador, igualmente terrorista y asesino, porque el manipulado ejecuta su acción y normalmente es abatido o apresado, acabando ahí su historia, pero el manipulador, el cabecilla que sabe atrapar a los demás con falsos pero convincentes argumentos, enviará una y otra vez a sus manipulados a cometer asesinatos.

No voy a ir más allá, desengranando las barbaridades, brutalidades y asesinatos crueles y repugnantes que pueden llegar a hacer estos terroristas, de lo que además se jactan, pero no debemos olvidar a qué extremos están dispuestos a llegar en esa locura inducida que convierte al ser humano en el ser más depravado que pueda imaginarse. Y es que matar es muy fácil si en nada se respeta la vida ajena, tan fácil como apretar un gatillo.

El respeto por la vida debe ser el más importante de los valores humanos, e inculcarlo está en nuestra mano. Nadie nace terrorista, pero la experiencia nos va enseñando que en determinadas condiciones no es tan difícil llegar a serlo.


Artículo relacionado en este blog: 
- "El yihadismo y la renuncia a la libertad", por Calíope (22 de marzo de 2015




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