Alguien me decía que el mundo era de los caraduras. Y parecía tener razón. Pero observando me pareció apreciar que la vida de los caraduras era realmente como la de los demás. Sufrían, eran felices, infelices, ganaban, perdían..., lo único que les diferencia me parece que es, simplemente, que se aprovechan con más facilidad de los demás.
Un caradura confeso me comentó en una ocasión que él no se aprovechaba de la debilidad de los demás, sino que sabía aprovechar la debilidad de los demás. Le daba mucha importancia al matiz.
A ver que os parece a vosotros.
Por Pólux.
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