"Aunque la mona se vista de seda, mona se queda". Este refrán nos habla sobre todo de la apariencia. Porque los modales son los modales y delatan burdamente a quien cree ser fino, decoroso, refinado o importante por el mero hecho de disponer de los medios para ser así.
Para tener buenos modales, finura y ser respetuoso no basta con creerlo. Los hechos, como en todo, nos delatan y muestran nuestra verdadera naturaleza, disposición e intenciones. Por eso con la apariencia sólo nos engañamos a nosotros mismos.
¡Cuán elementales somos en tantas cosas!
Por Pólux.
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