Observo con mucha frecuencia como cuando alguien tiene mucho trabajo, o especialmente complicado, o alguna otra dificultad, suele manifestarlo abiertamente, pero no cuando es al contrario. Nadie te dice lo fácil que ha sido hoy su trabajo.
Pudiera parecer que se trata de un sesgo negativo del pensamiento, pero no creo que se trate de eso. Más bien me parece un proceder totalmente intencionado, tendente a hacer ver a los demás como mi trabajo es complicado frente al de otros, buscando como siempre reconocimiento, el de lo que tengo que hacer y el de la injusticia que pueda suponer ello. En realidad se trata de una simple y vulgar queja, vestida de injusticia. Vamos, lo de siempre.
La verdad es que oigo una y otra vez, hasta la saciedad, la misma cantinela de unos y otros.
Teniendo en cuenta que cada uno cuenta la historia como le va, le parece o cree que ha sucedido, al final he optado por no creer nada de nadie. Como mucho creo que lo que alguien cuenta es lo que cree que ha sucedido. Pero si no concedo tanto, lo que verdaderamente creo es que la gran mayoría de lo que se cuenta está intencionadamente tergiversado, aunque sea de forma inconsciente.
Ya no me creo ni lo que yo mismo cuento.
Por Pólux.
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